Citroen c3 2021

Versiones Citroen C3 II

C3 II VTI 115 Live

Resumen

Versión base de caja manual. Tiene climatizador automático, levantavidrios y espejos eléctricos y computadora de abordo. Sin control de estabilidad.

C3 II VTI 115 Feel

Resumen

Versión intermedia de caja manual. Suma faros LED, llantas de aleación y un limitador, regulador de velocidad y airbags laterales.

C3 II VTI 115 Feel AT

Resumen

Versión intermedia de caja automática. El equipamiento es el mismo de la línea Feel de caja manual.

Después de tantos años, el look del C3 ya no es una novedad. Sin embargo, sigue distinguiéndose en el segmento por sus formas bien redondeadas, con un perfil prácticamente esférico. El Peugeot 208 y el Nissan March son tal vez los que más se le acercan en esta estética. En ese sentido, es un auto de líneas agraciadas, simpáticas, suaves, sin el más mínimo asomo de agresividad. Hasta hace poco, una de las características más relevantes del diseño era el parabrisas panorámico “Zenith”, que llegaba casi hasta la mitad del techo. Este atributo hoy está discontinuado para todas las versiones y solo queda algún stock marginal en algunas concesionarias.
La gama viene equipada con un único motor, un VTI de 1.6 litros. Entrega una potencia máxima de 115 CV y un torque máximo de 152 Nm. Es el mismo que equipa la entrada de gama del C4 Lounge. Se combina solo con una caja manual de 5 marchas, excepto en la versión Feel que ofrece, también, caja automática de sexta. La tracción es delantera.
La aceleración de 0 a 100 km/h se produce en unos elongados 11,3 segundos con la caja manual. Es un valor absolutamente lógico para esta relación de peso y potencia. La velocidad máxima es de 176 km/h. Frena desde 100 a 0 km/h en 41 metros, un valor estándar, tirando a bueno. En ciudad, el consumo de combustible es de 8.8 litros cada 100 km/h en promedio. El indicador baja a unos excelentes 6,3 litros cada 100 km circulando por ruta a 100 km7, y 9 litros a 130 km/h. Es un motor magro y anticuado, pero sigue siendo bastante económico.}
El C3 ofrece un andar ágil, muy confortable, con una puesta a punto blanda de las suspensiones, ideal para la ciudad. A esto se le suma la dirección asistida eléctrica, que ofrece un radio de giro bastante cerrado y responde muy bien en términos de maniobrabilidad y sensaciones agradables. En ruta el comportamiento es adecuado, si bien no se trata del ámbito natural para este conjunto motor / chasis que no tiene nada de deportivo. Cuando le sumen control de estabilidad, la seguridad en la conducción va a ser irreprochable. Por ahora… se le puede reprochar eso, pero nada más.
Dentro del habitáculo, en la parte delantera, el C3 ofrece la flexibilidad estándar de regulación para la butaca del piloto: esta se regula en altura, y el volante puede regularse en altura y profundidad. La butaca es cómoda y correcta, sin ser extraordinaria. En la parte trasera la habitabilidad queda un poco reducida por el diseño de la carrocería. Hay espacio, pero bastante justo, para las piernas y la cabeza. El baúl no es la gran cosa, pero cumple la funcionalidad que puede esperarse de un auto de este tamaño. Los asientos traseros pueden rebatirse hacia adelante para ampliar la capacidad de carga.
Los accesorios no son una maravilla pero la mayoría están disponibles en ambas versiones. Esto le da a la versión Live una competitividad interesante con respecto a la tope de gama Feel. El equipamiento de serie ofrece climatizador automático, computadora de a bordo, recomendación de cambio de marcha (solo con caja manual), levantavidrios eléctricos, regulación de espejos eléctrica y cámara de visión trasera. Los extras de la versión Feel: limitador y regulador de velocidad. Nada más.
El tablero es analógico, con tres cuadrantes embutidos y superpuestos para indicar velocidad, revoluciones y nivel de combustible. No comparte el controversial tablero digital de los C4 Lounge y C4 Cactus. Para muchos, esto será una gran noticia. La pantalla táctil del panel tiene 7’’ y cuenta con Mirror Screen, para usar Android Auto o Apple Car Play.
Una mala noticia, aunque frecuente en el segmento B: no tiene control de estabilidad. Esperemos que Citroën lo agregue pronto. Sí tiene airbags frontales, laterales (solo versión Feel) y frenos ABS con EBD. Cuenta con cinturones inerciales en todas las plazas y ganchos isofix, además de faros antiniebla traseros (en el caso de la versión Feel, también delanteros). Hay que admitir que es bastante básico el combo, pero alcanza para la mayoría de los usuarios.
A pesar de contar con diseño muy simpático y agradable, cuesta identificar un argumento de venta contundente para este C3, sobre todo en un segmento donde la competencia arrecia como un vendaval. La desaparición del parabrisas panorámico – una de las características que distinguían realmente a este modelo – así como la prolongada sequía de restylings, la consistente falta de ESP y la ausencia de una verdadera versión full Shine, nos hablan de un modelo casi en retirada que apunta a jugar sus últimas fichas en la mesa de los low-cost, preparando el terreno – quizás – para un sucesor que compita más en la gama del Renault Kwid que del nuevo Chevrolet Onix, por dar dos ejemplos. En este contexto, deberíamos olvidarnos de ver la 3ra generación del C3 en nuestro país. Ahora, si buscás un auto, justamente, low-cost… este Citroën no está nada mal. Su aspecto general externo, por ejemplo, no da la impresión de un auto barato. No tiene características descollantes, pero tampoco se le encuentran defectos clamorosos, a excepción, eso sí, de la falta de ESP.