Peugeot 208 2021

Versiones Peugeot 208 II

208 II Like 1.2 MT

Resumen

Versión base de motor 1.2 y caja manual. Tiene control de estabilidad, levantavidrios eléctricos delanteros y radio con pantalla de 5''.

208 II Like 1.6 MT

Resumen

Versión base de motor 1.6 y caja manual. Suma levantavidrios eléctricos traseros, espejos exteriores eléctricos y multimeda de 7''.

208 II Active 1.6 AT

Resumen

Versión intermedia de caja automática. Tiene las mismas funciones que el Active manual.

208 II Active 1.6 MT

Resumen

Versión intermedia de caja manual. Suma techo panorámico, luz en el baúl y cámara de retroceso.

208 II Allure 1.6 MT

Resumen

Versión intermedia de caja manual. Suma climatizador automático y apertura / arranque manos libres.

208 II Allure 1.6 AT

Resumen

Versión intermedia de caja automática. Tiene las mismas funciones que el Allure manual.

208 II Feline 1.6 AT

Resumen

Versión full de caja automática. Suma asistencias a la conducción, encendido automático de luces y limpiaparabrisas y cámara trasera de 180°

La carrocería del 208 ha compartido históricamente la línea estética característica de los hatchback compactos de Peugeot, como los recordados 206 y 207: diseños muy suaves, agradables, con proporciones casi perfectas y un marcado predominio de líneas redondeadas que garantizan un perfil armónico desde cualquier ángulo que se lo observe. Este 208 II mantiene el tipo, pero al ser más bajo, más largo y más ancho que su antecesor, esboza un perfil claramente más agresivo y deportivo que nunca. Más allá de subjetividades, es un diseño atractivo, muy logrado, que sin dudas revitaliza estéticamente a su segmento. La trompa se caracteriza por notablemente más abrupta y cortante que la del 208 de 1ra generación. La “mirada felina” típica de Peugeot, se convierte casi en “semblante felino”, gracias al detalle de los faros diurnos en forma de “colmillos”, sin dudas el principal distintivo estético del nuevo 208. La renovada parrilla con detalles cromados también llama positivamente la atención. El remate trasero, aunque austero, presenta también una franca mejoría con respecto a su antecesor gracias a ángulos más marcados y líneas más estilizadas y elegantes.
El motor “por default” de la serie es el mismo EC5 1.6 naftero de 115 cv y 16 válvulas que equipaba al 208 anterior. Este factor, sumado al hecho de que ya no hay opciones turbo ni diésel en la gama, es quizás el menos sobresaliente del nuevo modelo. Aún así, la versión entrada de gama Like ofrece exclusivamente y como opción más económica un nuevo motor 1.2 de 82 cv. Ambas motorizaciones Like se combinan con la misma caja manual de 5 velocidades. Las versiones Active y Allure ofrecen la misma caja manual o una caja automática secuencial de Tiptronic de 6 marchas. La versión Feline viene exclusivamente con la Tiptronic automática. La tracción es delantera en todos los casos.
El 1.6 es un motor dócil y relativamente silencioso, con buena entrega tanto en baja como en el alta, lo que brinda un rendimiento polivalente igualmente destacable en conducción urbana y en ruta. La aceleración de 0 a 100 km/h se logra en 11,6 segundos y la velocidad máxima es de 188 km/h. Consume 9,5 litros cada 100 km en ciudad, lo cual es algo elevado y “deschava” la antiguedad del motor EC5. En ruta, consume en promedio 6 y 8,3 litros cada 100 km a 100 y 130 km/h respectivamente. En este terreno, es un motor más eficiente.
Con un chasis completamente nuevo, el 208 II brilla por la notable robustez de su suspensión, lo cual se traduce en un andar seguro que resiste terrenos desparejos e irregularidades, colaborando con un confort de marcha muy alto tanto en ciudad como en ruta. En ruta el motor se ve algo limitado por su característica falta de torque en baja, por lo que no te va a producir muchas sensaciones al pisar el acelerador. Con el modo de conducción “Sport”, que cambia la configuración de la caja automática, este problema se ve algo minimizado al realizar sobrepasos. La caja también está mejorada con respecto al 208 anterior, con un cambio de marchas más suave y silencioso que, en el caso de la automática, casi ni se notan. El control de estabilidad puede desactivarse manualmente para una mejor conducción en caminos de tierra o ripio. Es en estos terrenos donde, nuevamente, brilla la excelente puesta a punto de las suspensiones.
La posición de manejo se caracteriza por el ya consagrado i-Cockpit de Peugeot, que sitúa al velocímetro por encima de un volante pequeño, más alineado con la vista del conductor. Si sos muy conservador con respecto a este tema, probablemente no te guste mucho al principio, pero con el tiempo a todo uno se acostumbra, y este i-Cockpit no es la excepción. La posición en la butaca es buena, mejorando las sensaciones de los conductores que miden más de 1,80 metros de altura. El asiento puede regularse en altura y el volante, en altura y profundidad en todas las versiones. Las plazas traseras siguen siendo algo limitadas en espacio. Más de dos personas no van a viajar tan cómodas, aunque cuentan con asientos rebatibles y espacio suficiente para las piernas. No tanto para la cabeza por la curva del techo. Un punto importante de la experiencia de habitabilidad es el techo panorámico que equipa al 208 desde la versión Active en adelante. Un gran plus, normalmente reservado para las versiones tope de gama, que brinda una luminosidad muy agradable al habitáculo.
La versión más básica, el Like con motor 1.2, es algo escueto en accesorios: no tiene levantavidrios eléctricos traseros y los delanteros son básicos. Cuenta, eso sí, con aire acondicionado, limitador y regulador de velocidad, indicador de pasaje de marcha y computadora de abordo. El Like 1.6 es un poco más equipado, gracias a que suma regulación eléctrica de espejos y levantavidrios eléctrico secuencial. Para mayor sofisticación, habrá que ir subiendo peldaños por las versiones Active y Allure. La Active incorpora techo panorámico, luz en el baúl y cámara de retroceso. La Allure suma climatizador automático y apertura / arranque con manos libres. En la Feline encontramos las funciones más sofisticadas, aunque en términos de accesorios claves solamente agrega encendido automático de luces y limpiaparabrisas y cámara trasera de 180°.
El tablero es una pantalla de 10’’ totalmente digital que además incluye un proyector oculto en el “techo” de la visera, para generar efectos 3-D. Esta característica otorga diferentes configuraciones y visuales y capas de información, para deleite de quienes aman los gadgets y “chiches” tecnológicos. La lectura puede resultar, al principio, algo confusa. Salvo en la versión Like 1.2, que tiene control analógico con pantalla de 5’’, el sistema multimedia consta de una pantalla táctil de 7’’ all-in-one y mirror screen compatible con Apple Car Play y Android Auto, además de conectividad Bluetooth y USB.
El 208 II incorpora por primera vez asistencias a la conducción, aunque solo en la versión Feline tope de gama. El combo incluye lectura de señales de velocidad máxima, alerta de riesgo de colisión, frenado automático de emergencia, asistencia al mantenimiento del carril, alerta de descanso y alerta de atención del conductor. Curiosamente, el paquete incluye también sensores de estacionamiento trasero, una función bastante estándar que esta vez queda reservada solo para la versión más costosa. El resto de las funciones de seguridad tienden a ser transversales a todas las versiones, incluyendo airbags frontales y laterales, fijaciones isofix y top tether, hill asist y, sobre todo, control de tracción y estabilidad, que este 208 II incorpora por primera vez para toda la gama (la anterior generación lo tenía como una función exclusivamente premium). Las versiones Allure y Feline suman 2 airbags de cortina.
Si elegís tus autos por su aspecto exterior, puede que el 208 II se incorpore instantáneamente a tu wishlist, ya que se trata de uno de los modelos más atractivos del segmento chico. A esto le suma un chasis renovado que brinda un excelente confort de marcha tanto en ciudades como en ruta y caminos de ripio. Por último, destaca también la tecnología de su tablero digital, la caja automática mejorada con respecto a la 1ra generación, la incorporación de ESP de serie y las asistencias a la conducción que equipan a la versión Feline. La debilidad pasa quizás por un motor ya antiguo, que no destaca por tener prestaciones especialmente ágiles y que tiene consumos relativamente altos en ciudad. La reducción de costos de Peugeot para mantener la competitividad se ensañó con este punto. La incorporación del motor 1.2 para el Like básico es un premio consuelo relativamente menor para un modelo que supo tener opciones diésel y turbo. Habrá que esperar. Ahora, si sos de los que no les preocupa tanto el motor en tanto haga andar al auto, con el Peugeot 208 II tendrás entre manos un producto moderno y estéticamente irreprochable, que sin dudas seguirá dando competencia en su segmento por varios años.