Es un elemento clave para la refrigeración del motor. Si falla, puede causar desde mayor consumo de nafta hasta averías sumamente costosas. Algunas recomendaciones básicas para su mantenimiento.
El termostato, seguramente, no suele de ser de las piezas mecánicas que más nos preocupen a la hora de mantener el motor del auto. Solemos estar más conscientes de otros elementos como la cadena de distribución, el aceite, los filtros o las bujías.
Sin embargo, el termostato es un elemento fundamental: su mal funcionamiento puede tener consecuencias verdaderamente nefastas para el motor de un auto.
¿Para qué sirve el termostato en el auto?
El termostato regula el sistema de refrigeración del motor. Su función es mantener al motor dentro del rango de temperatura ideal para su funcionamiento; ni demasiado frío, ni demasiado caliente. En la práctica, ésta sería de unos 90° grados centígrados, con leves variaciones según cada motor.
Un motor que está demasiado frío tiende a inyectar más combustible del estrictamente necesario: hace que gastemos más nafta y el auto emita más gases de lo recomendado.
En cambio, un motor que está demasiado caliente, directamente se funde. Corta.
El otro elemento clave del sistema de refrigeración es el radiador y su insumo principal es el líquido refrigerante (o agua destilada).
¿Cómo funciona el termostato del auto?
El termostato consiste en una válvula que distribuye el flujo de agua o líquido refrigerante por los conductos de refrigeración, alternando entre un circuito que pasa por el radiador y otro que no, según la necesidad de enfriar o calentar el motor.
Con el motor frío
El motor arranca a temperatura ambiente, demasiado baja para funcionar con normalidad. En esta instancia, el sistema de refrigeración debe permitir que el motor se caliente rápidamente – por su propia fricción – y llegue a su temperatura óptima. Por ende, la válvula del termostato deja que el líquido refrigerante circule cíclicamente por el motor del auto y se caliente con él, sin pasar por el radiador.
Con el motor caliente
Una vez que el motor ha alcanzado la temperatura óptima, el termostato debe impedir que se siga calentando por encima de la misma. En esta instancia y con dicho fin, la válvula del termostato cambia la circulación del refrigerante – que a esta altura se ha calentado junto con el motor – y lo redirecciona hacia el radiador para su enfriamiento.
El radiador es un sistema de ventilación que disminuye progresivamente la temperatura del líquido refrigerante.
El líquido enfriado en el radiador prosigue luego hacia el motor para, a su vez, enfriarlo. El ciclo se mantiene hasta que el refrigerante y el motor se han vuelto a enfriar lo suficiente; entonces, la válvula vuelve a cerrar el paso hacia el radiador, asegurando que el motor no se enfríe por debajo de la temperatura ideal.
El proceso se repite alternadamente; el termostato abre y cierra la válvula hacia el radiador cada vez que se alcanzan los umbrales máximo y mínimo de temperatura, respectivamente, manteniendo así al motor siempre dentro del rango de temperatura deseado.
¿Cómo funciona la válvula del termostato?
La válvula del termostato funciona con materiales dilatables que la abren y la cierran según la temperatura del líquido refrigerante que circula a través. Por ende, el termostato consiste simultáneamente un dispositivo de detección (de temperatura) y de regulación (según la temperatura). Esta característica, claro, aplica a cualquier termostato.
La apertura de la válvula es gradual: no está totalmente abierta o cerrada siempre, sino que se abre más o menos según la temperatura del refrigerante. Esto le permite al termostato trabajar con temperaturas intermedias, desviando una parte del líquido al radiador y otra parte no.
¿Qué pasa si falla el termostato del auto?
Cuando la válvula del termostato se gasta y se atasca – parcial o totalmente – el termostato deja de funcionar correctamente.
Según la posición de la válvula averiada el motor puede no llegar a la temperatura requerida, o bien pasarse y recalentarse.
En algunos casos, si la válvula funciona de manera intermitente, los desfasajes de temperatura pueden darse de forma esporádica y/o ser relativamente breves.
En cualquier caso, ante la evidencia de un mal funcionamiento, se debe cambiar el termostato inmediatamente.
Las implicancias son especialmente riesgosas en caso de recalentamiento: si el motor se funde por altas temperaturas, repararlo puede ser costosísimo, al punto de casi no valer la pena.
Por eso el indicador de temperatura de motor del tablero es vital: si la aguja marca el tope y suena la alarma de motor recalentado, hay que detener el auto de inmediato y llevarlo a remolque hasta un taller mecánico.
Se debe tener en cuenta que un recalentamiento del motor también puede deberse simplemente a la falta de líquido refrigerante que, a su vez, puede estar originada en una pérdida del sistema.
¿Cuánto cuesta cambiar el termostato del auto?
El recambio del termostato es una reparación sencilla, rápida y barata. Por eso recomendamos revisarlo y cambiarlo ante el más mínimo signo de mal funcionamiento: las consecuencias de utilizar el auto con un sistema de refrigeración defectuoso pueden ser infinitamente más costosas.